EL ESPÍRITU QUE NECESITAS HOY.

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 “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” (Hechos de los Apóstoles 1:8, RVR60)

Hoy quiero hablarles del Espíritu Santo, pues celebramos pentecostés, Pentecostés es un festival anual de la cosecha que ocurre siete semanas después de la Pascua. Se convirtió en una importante fiesta cristiana después de que Dios derramó el Espíritu Santo sobre la iglesia de Jerusalén en el primer Pentecostés después de la resurrección de Cristo.[1]

Que entendemos hoy nosotros por espíritu o por el propio Espíritu Santo.  

  • Hay espíritus malignos. Así como hay un Espíritu bueno, hay espíritus malos.
  • Creen que se te montó un muerto, o un espíritu. (bueno, esto es un demonio)
  • Hay algunos que dicen, por aquí está pasando algo, mira como me erizo, aquí hay un espíritu.
  • Hay algunos que creen que cuando llega el Espíritu Santo a la vida de alguien tienen que:
    • temblar y a revolcarte por el suelo. (el espíritu no denigra a nadie)
    • Que lloras desconsoladamente.
    • Que eres un súper héroe que nadie puede tocar, porque tienes que estar apartados de todo el mundo.
    • Cuando este llega te sana de cualquier dolencia.  

Quiero ahora hablarte de la manera progresiva que se nos ha revelado de quien es y que hace sobre nuestras vidas el Espíritu Santo. Pues un concepto errado de este, es un concepto errado de Dios.

QUE ENTENDÍAN EN HECHOS 2 LAS PERSONAS POR EL ESPÍRITU SANTO. Una manifestación mayor de su poder.

En el Antiguo Testamento. Los judíos creían que el Espíritu Santo de Dios operaba desde fuera del hombre, trayéndole la verdad, y, desde dentro, capacitándolo para reconocerla.[2]

El Espíritu Santo estuvo involucrado activamente en…

  • La creación. “Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.” (Génesis 1.2, RVR60) El espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente me dio vida.” (Job 33.4, RVR60)
  • El sostenimiento y preservación de la vida. “Escondes tu rostro, se turban; Les quitas el hálito, dejan de ser, Y vuelven al polvo. Envías tu Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la tierra.” (Salmo 104.29–30, RVR60)
  • La unción y fortalecimiento de hombres para el servicio de Dios. Numero 11:24-30, Jueces 6:33-34.
  • Personalidad: obras, Refrena “Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.” (Génesis 6.3, RVR60) “Entonces el Señor dijo: «Mi Espíritu no tolerará a los humanos durante mucho tiempo…” (Génesis 6:3, NTV)
  • Creyentes y pecadores: Enojarlo, “¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto, Lo enojaron en el yermo!” (Salmo 78.40,) “Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos.” (Isaías 63.10, RVR60)
  • Atributos divinos:  Omnipresencia “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?” (Salmo 139.7, RVR60)

En el Antiguo Testamento afirma que venía sobre las personas y las fortalecía para el servicio en forma temporal. Ejemplo: Sansón Jueces 15:14-15

No obstante que David había sido ungido con el Espíritu con poder para el servicio de Dios, tiempo después ruega a Dios que no aparte su Espíritu de él. “No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.” (Salmo 51.11, RVR60)

 LO QUE JESÚS LES HABÍA ENSEÑADO SOBRE EL ES (Nuevo Testamento)

  • Personalidad: obras: Enseña y Revela.  (Jn.14:26) “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” (Juan 14.26, RVR60) “El les dijo: ¿Pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo:”  (Mateo 22.43, RVR60)  Tenemos al mejor maestro.
  • Personalidad: afectado por seres humanos: Se le puede blasfemar (Mt.12:31) “Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.(Mateo 12.31, RVR60)

Jesús declaró en primer lugar que todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres. Aunque la blasfemia es una forma de pecado, en este pasaje y en su contexto las dos cosas se tratan de modo separado, con la blasfemia representando la más extrema forma de pecado. Pecado aquí representa toda la gama de pensamientos y acciones inmorales e impías, mientras que blasfemia representa consciente condena y rechazo a Dios. La blasfemia es irreverencia desafiante, el pecado especialmente terrible de hablar intencional y abiertamente mal contra el Dios santo, o difamarlo o escarnecerlo (cp. Mr. 2:7).[3]

  • Guía: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.” (Juan 16.13–14, RVR60) Tenemos la mejor guía.
  • Obra: en la salvación: Convenciendo (Jn.16:8-11). “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.” (Juan 16.8–11, RVR60) Hoy es el que está trabajando en tu vida para llevarte a tener una relación personal con Cristo.

CÓMO DIOS LES REVELÓ AL ESPÍRITU SANTO. Una ilustración necesaria.

“Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.” (Hechos de los Apóstoles 2:2–4, RVR60)

Imágenes del Espíritu Santo hasta el momento.

Símbolos: de los cuales podemos apropiarnos y representan lo que hace y representa.

  • Vestido (Lc.24:49). “He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.” (Lucas 24.49, RVR60) Nos cubre, nos protege.
  • Paloma (Mt.3:16; Jn.1:32). “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.” (Mateo 3.16, RVR60) “También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.” (Juan 1.32, RVR60)
  • Fuego (Hch.2:3). “y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.” (Hechos de los Apóstoles 2.3, RVR60) Nos purifica, limpia.
  • Aceite (Lc.4:18) “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;” (Lucas 4.18, RVR60) Nos aparta, nos prepara para el ministerio.
  • Fuente de agua viva (Jn.7:38—39) “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.” (Juan 7.38–39, RVR60) suficiente, viva, no es agua estancada, es un agua que brota y da vida.
  • Viento (Jn.3:8) El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.” (Juan 3.8, RVR60)
  • Sello (2Cor.1:22; Ef.1:13; 4:30)
  • Arras (2Cor.1:22; 5:5; Ef.1:14).

EL NUEVO PODER SE TRADUCÍA EN RESURRECCIÓN. Cuando le pierdes el temor a la muerte, no hay nada que te detenga.

El espíritu que la iglesia naciente necesitaba y que hoy tu necesitas es un Espíritu de resurrección.

“Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.” (Hechos de los Apóstoles 2:30–33, RVR60)

“Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.” (Salmo 16:10, RVR60)

Las enseñanzas posteriores del Espíritu Santo son enmarcadas en poder y seguridad.

  • Arras: “el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.” (2 Corintios 1:22, RVR60) “Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. (2 Corintios 5:5, RVR60)

Arras. Objeto o suma de dinero que el comprador entrega al vendedor en el momento de hacer un contrato, para asegurar su ejecución. Las arras tienen un valor jurídico: son una señal externa de consentimiento prestado y una garantía de ejecución del contrato.[4]

El apóstol recuerda la fidelidad de Dios en cumplir todas sus promesas, y luego añade que, en prueba de que cumplirá su promesa, nos ha dado el Espíritu a modo de arras. El Espíritu Santo es la garantía de que el creyente tiene la salvación, de que ya posee la herencia del reino de Dios, y sus dones y carismas son clarísima evidencia de que esta herencia empieza a dar sus frutos. Las arras del Espíritu son una prenda del cumplimiento de las promesas divinas.[5]

  • Sello: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,” (Efesios 1:13, RVR60) “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.” (Efesios 4:30, RVR60)  

Las cartas y otros documentos se formalizaban mediante un sello (1 R. 21:8; Neh. 9:38; Est. 8:8; Jer. 32:10, 44; Jn. 6:27). La huella se marcaba por lo general en arcilla (Job 38:14). En Palestina se ha descubierto una cantidad considerable de sellos y de documentos llevando el nombre de sus propietarios, y datando de un período comprendido entre los siglos VIII y V a.C. Los cofres, jarras, sepulcros y lugares donde no se debía penetrar, recibían el sello de la autoridad correspondiente (Job 14:17; 41:6; Dn. 6:17; Mt. 27:66; Ap. 5:1).[6]

Poder de resurrección: “que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,” (Romanos 1:4, RVR60)Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.” (Romanos 8:11, RVR60)

 “pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros.” (1 Tesalonicenses 1:5, RVR60) “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” (2 Timoteo 1:7, RVR60)

La resurrección es fruto del amor. Dios es amor “… porque Dios es amor.” (1 Juan 4:8, RVR60) y el fruto del Espíritu es amor.Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,” (Gálatas 5:22, RVR60) El pecado destruyó nuestra relación personal con Cristo y nos ha condenado a una eternidad separada de él, pero el Espíritu Santo trabaja para que nosotros podamos tener una relación con Jesús y que aceptando lo que Cristo hizo en la Cruz, nosotros podamos volver a casa, siendo él (ES) la garantía para esto. Si tienes al espíritu Santo hoy en tu vida, vamos camino a casa, vamos por el camino del amor, donde un día veremos a Dios cara a cara,

Si no lo conoces, es tiempo de regresar a casa. No rechaces la obra que Dios está haciendo hoy en tu vida mediante su Espíritu y déjale entrar en tu corazón. 


[1] Ronald D. Roberts, «Pentecost», ed. John D. Barry y Lazarus Wentz, Diccionario Bíblico Lexham (Bellingham, WA: Lexham Press, 2014).

[2] William Barclay, Palabras griegas del Nuevo Testamento – su uso y su significado (El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones, 1977), 46.

[3] Comentario John MacArthur. p 482

[4] Samuel Vila Ventura, Nuevo diccionario biblico ilustrado (TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE, 1985), 76–77.

[5] Samuel Vila Ventura, Nuevo diccionario biblico ilustrado (TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE, 1985), 76–77.

[6] Samuel Vila Ventura, Nuevo diccionario biblico ilustrado (TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE, 1985), 1078.