UTILIZA TUS RECURSOS PARA PREDICAR EL EVANGELIO.

Texto: “y si Cristo no ha resucitado, entonces la fe de ustedes es inútil, y todavía son culpables de sus pecados.” (1 Corintios 15:17, NTV)

Hoy celebramos el hecho histórico más trascendental en toda la historia. De hecho, tal evento nos trajo a CELEBRAR domingo tras domingo cerca de 2 000 años. Hoy celebramos la resurrección del Señor Jesucristo de entre los muertos.

Nada es tan importante como la resurrección de Cristo. Nuestra fe está basada en el hecho de que Cristo resucitó al tercer día como dice la escritura.

Si esto no fuera cierto podríamos recoger nuestros utensilios e ir a casa sin esperanza y con mucha vergüenza.

Pero no será así, porque Cristo está vivo y semana tras semana lo recordamos al reunirnos junto con todo el pueblo de Dios. Por generaciones los cristianos hemos estado celebrando la resurrección del Señor y hoy será uno de esos días en los que nos gozaremos en la resurrección de entre los muertos de nuestro Señor y en la esperanza de nuestra resurrección en el día postrero (que ya se acerca como la luz del amanecer).

Como cristianos tenemos una misión que cumplir, una misión que ha sido parte de la vida de la iglesia en todas las edades de su existencia. Dios nos ha dado una misión que cumplir, un llamado que obedecer, un mensaje que dar y la resurrección es ese motor que nos impulsa a no callar “La buena noticia de la maravillosa gracia de Dios en Jesucristo”.

La Buena Noticia de Jesús es el mensaje que tienes para dar a quienes viven sin esperanza.

Hoy deseo compartir contigo los recursos que debes poner a disposición de La Buena Noticia de Jesús. Pero antes quiero que traigas a tu mente aquellas cosas que Dios te ha dado y que pudieras usar en esta gran Comisión. Quizás piensas que como cubano no tienes mucho que ofrecer. Lamentablemente este es un veneno que han introducido en nosotros y que nos ha hecho extremadamente egoístas. Pensar que no tenemos nada para dar nos ha enajenado de las necesidades que podemos cubrir en las personas. Nos ha llevado a creer que solo nosotros necesitamos ayuda. Quiero que pienses en todas las cosas que Dios te ha dado para que las uses en la Gran Comisión de hacer discípulos. (Cerremos nuestros ojos y pensemos en esas acosas que Dios ha puesto en tus manos…)

Como les decía hace un momento Hoy deseo compartir contigo los recursos que debes poner a disposición de La Buena Noticia de Jesús, así que comencemos:

Primero: ENTREGA TU CUERPO Juan 19:30

La idea de entregarnos a nosotros mismos para que otros se salven no suena muy atractiva. No al menos en una cultura tan egoísta como la que vivimos.

La Biblia dice que Jesús Después de probar el vino, … dijo: «¡Todo ha terminado!». Entonces inclinó la cabeza y entregó su espíritu. Juan 19:30 NTV

Eso nos suena EXTRAÑO. Nadie pone su vida por los demás, no al menos de esa manera. Ahora bien, casi nadie se ofrecería a morir por una persona honrada, aunque tal vez alguien podría estar dispuesto a dar su vida por una persona extraordinariamente buena; pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores.(Romanos 5:7–8, NTV)

Tú quizás te preguntas ¿QUÉ AMOR ES ESTE? Déjame responderte: “Este es el Gran amor de Dios”

Y cuando te haces cristiano Dios te llama a entregar tu vida de manera que puedas ayudar a otros a que conozcan la verdad sobre Jesús. Cuando Dios te llama a ser su hijo, ya no espera que sigas pensando en tu bienestar, de hecho, te llama a morir una sola vez. Nadie puede morir a su antigua vida dos veces. El muerto muere solo una vez. Y Dios quiere que tú mueras a tu antigua manera de vivir para que ayudes a otros a morir también para el mundo.

Jesús dijo: No hay un amor más grande que el dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.(Juan 15:13–14, NTV)

La sangre de Cristo es la base del Nuevo Pacto. La noche anterior a Su crucifixión, Jesús ofreció la copa de vino a Sus discípulos diciendo, “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros.” (Lucas 22:20). El verter el vino en la copa, simbolizaba la sangre de Cristo que sería derramada por todos los que creerían en Él.

Jesús quiere que entregues tu cuerpo como un instrumento se servicio a él. Él quiere que entregues cada área de tu vida a su reino. Él no espera nada menos de ti. Que todo tu cuerpo sea muerto para el mundo. Entrega tu cuerpo para que DIOS lo use en la extensión de su reino.

Tú tienes una misión que cumplir, pero para que te conectes con ella y entiendas la pasión que otros sienten por la misma, TIENES QUE ENTREGAR TU CUERPO al servicio de Dios.

Cuando digo tu cuerpo digo tu espíritu, tu vida. La Biblia dice:

“Conocemos lo que es el amor verdadero, porque Jesús entregó su vida por nosotros. De manera que nosotros también tenemos que dar la vida por nuestros hermanos.” (1 Juan 3:16, NTV)

“Para los maridos, eso significa: ame cada uno a su esposa tal como Cristo amó a la iglesia. Él entregó su vida por ella” (Efesios 5:25, NTV)

Si no estás dispuesto a Entregar tu vida por la causa de Cristo y para cumplir con la Gran Comisión, no eres digno de ser su discípulo. Él dijo: y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.(Mateo 10:38, RVR60)

Segundo: SEPULTA TU ANTIGUA VIDA Juan 19:41-42

41 El lugar de la crucifixión estaba cerca de un huerto donde había una tumba nueva que nunca se había usado. 42 Y, como era el día de preparación para la Pascua y la tumba estaba cerca, pusieron a Jesús allí. Juan 19:41-42 NTV

Después de la crucifixión de Jesús, José, de la ciudad de Arimatea, le pidió permiso a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús. José era seguidor de Jesús, pero no se lo había dicho a nadie porque tenía miedo de los líderes judíos. Pilato le dio permiso, y José se llevó el cuerpo.

También Nicodemo, el que una noche había ido a hablar con Jesús, llegó con unos treinta kilos de perfume a donde estaba José. Los dos tomaron el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en vendas de una tela muy cara. Luego empaparon las vendas con el perfume que había llevado Nicodemo. Los judíos acostumbraban sepultar así a los muertos.

La Biblia dice que 41 El lugar de la crucifixión estaba cerca de un huerto donde había una tumba nueva que nunca se había usado. 42 Y, como era el día de preparación para la Pascua y la tumba estaba cerca, pusieron a Jesús allí. Juan 19:41-42 NTV

El cuerpo de Jesús fue sepultado. Como todo cadáver debía ser sepultado. Esta ilustración la entendemos mejor con las palabras de Jesús cuando habló acerca de la necesidad de morir para que haya una vida nueva y una planta nueva. Les digo la verdad, el grano de trigo, a menos que sea sembrado en la tierra y muera, queda solo. Sin embargo, su muerte producirá muchos granos nuevos, una abundante cosecha de nuevas vidas.(Juan 12:24, NTV)

Tú necesitas SEPULTAR TU ANTIGUA VIDA para que produzcas muchas vidas nuevas para Jesús. Nunca traerás una cosecha de alas al Señor (lo que tiene un gran premio en el cielo) a menos que mueras a ti mismo.

 Veamos la lista de pecados a los que debemos morir:

… inmoralidad sexual, impureza, pasiones sensuales, idolatría, hechicería, hostilidad, peleas, celos, arrebatos de furia, ambición egoísta, discordias, divisiones, envidia, borracheras, fiestas desenfrenadas y otros pecados parecidos. Permítanme repetirles lo que les dije antes: cualquiera que lleve esa clase de vida no heredará el reino de Dios … (Gálatas 5:19–22, NTV)

Así que hagan morir las cosas pecaminosas y terrenales que acechan dentro de ustedes. No tengan nada que ver con la inmoralidad sexual, la impureza, las bajas pasiones y los malos deseos. No sean avaros, pues la persona avara es idólatra porque adora las cosas de este mundo.(Colosenses 3:5, NTV)

La vida no se trata de tu felicidad o deleite, se trata del plan que Dios tuvo desde un principio para ti. Hoy te exhorto a pensar en realizar ese plan, pero antes asegúrate de SEPULTAR TU ANTIGUA VIDA.

Recordemos el antiguo himno, “He decidido seguir a Cristo, no vuelvo atrás”

Tercero: VIVE PARA LA SALVACIÓN DE OTROS Juan 20:1-9

Una de las narraciones más impresionantes y conmovedoras de toda la escritura es el relato de la resurrección del Señor Jesucristo. ¡Me encanta como el evangelio de Lucas lo narra!

El domingo, muy temprano por la mañana, las mujeres fueron a la tumba, llevando las especias que habían preparado. Encontraron que la piedra de la entrada estaba corrida a un costado. Entonces entraron, pero no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban allí perplejas, de pronto aparecieron dos hombres vestidos con vestiduras resplandecientes. Las mujeres quedaron aterradas y se inclinaron rostro en tierra. Entonces los hombres preguntaron: «¿Por qué buscan entre los muertos a alguien que está vivo? ¡Él no está aquí! ¡Ha resucitado! Recuerden lo que les dijo en Galilea, que el Hijo del Hombre debía ser traicionado y entregado en manos de hombres pecadores, y ser crucificado, y que resucitaría al tercer día».(Lucas 24:1–7, NTV)

Dios entregó a Jesús para que muriera por nuestros pecados, y lo resucitó para que fuéramos declarados inocentes.(Romanos 4:25, TLA)

La resurrección del Señor es la base del cristianismo.

El prestigioso escritor John McDowell relata lo que Un estudiante de la Universidad de Uruguay una vez le dijo: “Profesor McDowell, ¿por qué usted no puede refutar el cristianismo?”. Le respondí: “Por una razón muy sencilla: Yo no puedo encontrar una explicación convincente para un evento histórico, la resurrección de Jesús”.

El doctor Norman Geisler lo dice de esta manera: “Si Cristo no resucitó en el mismo cuerpo físico que fue puesto en la tumba, entonces la resurrección pierde su valor probatorio como prueba de su afirmación de ser Dios (Juan 8:58; 10:30). La resurrección no puede verificar la afirmación de Jesús de ser Dios a menos que él fuera resucitado en el cuerpo en el cual fue crucificado. Ese cuerpo era un cuerpo literal, físico. A menos que Jesús resucitara en un cuerpo material, no hay manera de verificar su resurrección. Perdería su valor histórico persuasivo” (424/36).

Salvo cuatro de ellas, todas las religiones importantes del mundo están basadas en simples presuposiciones filosóficas. De las cuatro que están basadas en personalidades más bien que en un sistema filosófico, sólo el cristianismo reclama una tumba vacía para su fundador. Abraham, el padre del judaísmo, murió alrededor del 1900 a. de J.C., pero nunca se afirmó que Abraham hubiera resucitado. Wilbur M. Smith dice en Therefore Stand (Así que… estad firmes): “Los relatos originales de Buda nunca afirman en cuanto a él algo como una resurrección. Más bien, en los relatos antiguos en cuanto a su muerte, es decir, en Mahapa- rinibbana Sutta, leemos que cuando Bu- da murió era con la absoluta muerte en la cual nada permanece detrás” (1123/385). “El profesor Childers dice: ‘No hay rastros de las escrituras o comentarios Pali (o hasta donde yo sepa en ningún libro Pali) de que Sakya Muni haya existido después de su muerte o que haya aparecido a sus discípulos’. Mahoma murió el 8 de junio del 632 d. de J.C., a los 61 años, en Medina; su tumba es visitada anualmente por miles de devotos musulmanes. Todos los millones y millones de judíos, budistas y mahometanos están de acuerdo en que sus fundadores nunca han salido del polvo de la tierra en una resurrección” (Childers, citado en 1123/385).

William Lañe Craig escribe: “Sin la creencia en la resurrección la fe cristiana no podría haber llegado a existir. Los discípulos habrían quedado destruidos y derrotados. Aunque hubieran continuado recordando a Jesús como su amado maestro, la crucifixión de él habría silenciado para siempre cualquier esperanza de que fuera el Mesías. La cruz habría permanecido como el triste y vergonzoso fin de su carrera. Por lo tanto, el origen del cristianismo depende de la creencia de los primeros discípulos en que Dios ha resucitado a Jesús de entre los muertos” (256/116, 117).

W. J. SPARROW-SIMPSON: Si la resurrección no es un hecho histórico, entonces el poder de la muerte permanece inquebrantable; y con ello el efecto del pecado; y la importancia de la muerte de Cristo queda sin certificación; y de acuerdo con ello los creyentes están aún en sus pecados, precisamente donde estaban antes de que oyeran el nombre de Jesús.

Incluso Adolf Harnack, quien rechaza la creencia de la iglesia en la resurrección, admite: “La firme confianza de los discípulos en Jesús estaba fundada en la creencia de que él no permaneció muerto, sino que fue resucitado por Dios. El hecho de que Cristo había resucitado era, en virtud de lo que ellos habían experimentado en él —verdaderamente sólo después de que le hubieron visto— tan cierto como el hecho de su muerte, y se con virtió en elemento principal de la predicación acerca de Jesús” (520, citado en 281/3).

H. P. Liddon dice: “La fe en la resurrección es la piedra principal en el arco de la fe cristiana; cuando se la quita, todo lo demás cae inevitablemente y se convierte en ruinas” (Liddon, citado en 1123/577).

Queridos hermanos, la resurrección de Jesús es las primicias de nuestra resurrección a una vida nueva. La Biblia dice: y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.(2 Corintios 5:15, LBLA)

Jesús está vivo, él murió por nuestros pecados, para que ahora ya no vivas para ti, sino para él, que murió y resucitó por ti.

Por cuanto Jesús resucitó Él tiene poder para darte una vida nueva en la cual puedas vivir para Él, que murió y resucitó por ti.

El mayor recurso que hoy nosotros tenemos es la Nueva Vida que el Señor nos ha dado. Vivirla para él y sus propósitos eternos es nuestro mayor logro. Invertir nuestra vida para cumplir la misión de Jesús de predicar el evangelio a toda criatura es la mejor inversión, y no solo LA MEJOR, sino que para cumplir con esa misión es que fuimos salvados. Nuestra vida no tendrá sentido hasta que no cumplamos con el propósito del evangelismo, Dios nos salvó para que SEAMOS MENSAJEROS DE SU AMOR Hch 20:24. El apóstol Pablo dijo en Hechos 20:24 pero mi vida no vale nada para mí a menos que la use para terminar la tarea que me asignó el Señor Jesús, la tarea de contarles a otros la Buena Noticia acerca de la maravillosa gracia de Dios.(Hechos de los Apóstoles 20:24, NTV)

El Señor Jesús te asignó la tarea de contarles a otros la Buena Noticia de la maravillosa gracia de Dios. Tu vida no vale nada a menos que la uses para terminar la tarea que te asignó el Señor Jesús.

¿CUÁLES SON LOS RECURSOS CON QUE TÚ CUENTAS?

Tu Dinero. “Aquí está la lección: usen sus recursos mundanos para beneficiar a otros y para hacer amigos. Entonces, cuando esas posesiones terrenales se acaben, ellos les darán la bienvenida a un hogar eterno.” (Lucas 16:9, NTV) El dinero es terrenal, pero podemos usar lo terrenal para impactar lo celestial.

Tu negocio. Usa tu negocio para vivir el evangelio y para compartir el evangelio. Zaqueo le dijo como había que empezar a realizar las cosas en este momento, y devolvió lo que se había robado. “Había allí un hombre llamado Zaqueo. Era jefe de los cobradores de impuestos de la región y se había hecho muy rico. Zaqueo trató de mirar a Jesús pero era de poca estatura y no podía ver por encima de la multitud. Así que se adelantó corriendo y se subió a una higuera sicómoro que estaba junto al camino, porque Jesús iba a pasar por allí. Cuando Jesús pasó, miró a Zaqueo y lo llamó por su nombre: «¡Zaqueo! —le dijo—, ¡baja enseguida! Debo hospedarme hoy en tu casa». Zaqueo bajó rápidamente y, lleno de entusiasmo y alegría, llevó a Jesús a su casa; pero la gente estaba disgustada, y murmuraba: «Fue a hospedarse en la casa de un pecador de mala fama». Mientras tanto, Zaqueo se puso de pie delante del Señor y dijo: —Señor, daré la mitad de mi riqueza a los pobres y, si estafé a alguien con sus impuestos, le devolveré cuatro veces más. Jesús respondió: —La salvación ha venido hoy a esta casa, porque este hombre ha demostrado ser un verdadero hijo de Abraham.” (Lucas 19:2–9, NTV)

 Tu familia puede ser un testimonio para que el nombre de Jesús se haga famoso en ella (Dios quiere usar tu familia para que su gloria se muestre) “Mientras él todavía hablaba con ella, llegaron mensajeros de la casa de Jairo, el líder de la sinagoga y le dijeron: «Tu hija está muerta. Ya no tiene sentido molestar al Maestro». Jesús oyó lo que decían y le dijo a Jairo: «No tengas miedo. Sólo ten fe». Jesús detuvo a la multitud y no dejó que nadie fuera con él excepto Pedro, Santiago y Juan (el hermano de Santiago). Cuando llegaron a la casa del líder de la sinagoga, Jesús vio el alboroto y que había muchos llantos y lamentos. Entró y preguntó: «¿Por qué tanto alboroto y llanto? La niña no está muerta; sólo duerme». La gente se rió de él; pero él hizo que todos salieran y llevó al padre y a la madre de la muchacha y a sus tres discípulos a la habitación donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: «Talita cum» (que significa «¡niña, levántate!»). Entonces la niña, que tenía doce años, ¡enseguida se puso de pie y caminó! Los presentes quedaron conmovidos y totalmente asombrados. Jesús dio órdenes estrictas de que no le dijeran a nadie lo que había sucedido y entonces les dijo que le dieran de comer a la niña.” (Marcos 5:35–43, NTV)

Tu Enfermedad puede ser un testimonio para que el nombre de Jesús se haga famoso en ti. “Y una mujer que había tenido un flujo de sangre por doce años y que había gastado en médicos todo cuanto tenía y no podía ser curada por nadie, se acercó a Jesús por detrás y tocó el borde de su manto, y al instante cesó el flujo de su sangre. Y Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Mientras todos lo negaban, Pedro dijo, y los que con él estaban: Maestro, las multitudes te aprietan y te oprimen. Pero Jesús dijo: Alguien me tocó, porque me di cuenta que de mí había salido poder. Al ver la mujer que ella no había pasado inadvertida, se acercó temblando, y cayendo delante de Él, declaró en presencia de todo el pueblo la razón por la cual le había tocado, y cómo al instante había sido sanada. Y Él le dijo: Hija, tu fe te ha sanado; vete en paz.” (Lucas 8:43–48, LBLA)

Tus límites físicos. “—Rabí, ¿por qué nació ciego este hombre? —le preguntaron sus discípulos—. ¿Fue por sus propios pecados o por los de sus padres? —No fue por sus pecados ni tampoco por los de sus padres —contestó Jesús—, nació ciego para que todos vieran el poder de Dios en él.” (Juan 9:2–3, NTV)

Tu Influencia puede ser un testimonio para que el nombre de Jesús se haga famoso para otros. “Al acercarse la noche, José, un hombre rico de Arimatea que se había convertido en seguidor de Jesús, fue a ver a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato emitió una orden para que se lo entregaran. José tomó el cuerpo y lo envolvió en un largo lienzo de lino limpio. Lo colocó en una tumba nueva, su propia tumba que había sido tallada en la roca. Luego hizo rodar una gran piedra para tapar la entrada y se fue. Tanto María Magdalena como la otra María estaban sentadas frente a la tumba y observaban.” (Mateo 27:57–61, NTV)

Tu Casa (habitaciones). ¿Por qué no dejas que en tu casa se haga un grupo pequeño? ¿Cómo se llamaba el hombre de la casa en la que Jesús y sus discípulos comieron la última cena?

Gente desconocida que contribuyeron con el ministerio de Jesús. “Entonces Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id y preparad la Pascua para nosotros, para que la comamos. Ellos le dijeron: ¿Dónde deseas que la preparemos? Y Él les respondió: He aquí, al entrar en la ciudad, os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle a la casa donde entre. Y diréis al dueño de la casa: «El Maestro te dice: “¿Dónde está la habitación, en la cual pueda comer la Pascua con mis discípulos?”». Entonces él os mostrará un gran aposento alto, dispuesto; preparadla allí. Entonces ellos fueron y encontraron todo tal como Él les había dicho; y prepararon la Pascua.” (Lucas 22:8–13, LBLA)

¿Honras a Dios con el uso que le das a tus habitaciones? ¿Las usas para hacer “cuadres”, o las usas para que se queden misioneros, pastores, Grupos pequeños?

Tus medios de transporte. Pon a disposición del Señor tu bicicleta, motorina, motor, carro, etc… ¿Cómo se llamaba el dueño del burrito?

Gente desconocida que contribuyeron con el ministerio de Jesús. “Al llegar a las ciudades de Betfagé y Betania, en el monte de los Olivos, mandó a dos discípulos que se adelantaran. «Vayan a la aldea que está allí —les dijo—. Al entrar, verán un burrito atado, que nadie ha montado jamás. Desátenlo y tráiganlo aquí. Si alguien les pregunta: “¿Por qué desatan al burrito?”, simplemente digan: “El Señor lo necesita”». Así que ellos fueron y encontraron el burrito tal como lo había dicho el Señor. Y, efectivamente, mientras lo desataban, los dueños les preguntaron: —¿Por qué desatan ese burrito? Y los discípulos simplemente contestaron: —El Señor lo necesita. Entonces le llevaron el burrito a Jesús y pusieron sus prendas encima para que él lo montara.” (Lucas 19:29–35, NTV) El burro no podía pensar que las palmeras y aplausos eran para él, cuidado cuando pensamos que nosotros somos el objeto de adoración, y no a quien llevamos. Usas tu transporte para hacer “cuadres”, o lo usas para transportar misioneros, pastores, predicadores, etc…

Tu comida. Sin nombre, pero presente, el niño que entregó 5 panes de cebada y dos pescados. ¿Pero quién le dio el alimento a ese pequeño?

Gente desconocida haciendo servicios para Dios. “«Aquí hay un muchachito que tiene cinco panes de cebada y dos pescados. ¿Pero de qué sirven ante esta enorme multitud?». Jesús dijo: «Díganles a todos que se sienten». Así que todos se sentaron sobre la hierba, en las laderas. (Sólo contando a los hombres sumaban alrededor de cinco mil). Luego Jesús tomó los panes, dio gracias a Dios y los distribuyó entre la gente. Después hizo lo mismo con los pescados. Y todos comieron cuanto quisieron. Una vez que quedaron satisfechos, Jesús les dijo a sus discípulos: «Ahora junten lo que sobró, para que no se desperdicie nada».” (Juan 6:9–12, NTV)

Tus emociones: La emoción de Jesús. “Cuando Jesús la vio llorando y vio que los demás se lamentaban con ella, se enojó en su interior y se conmovió profundamente. —¿Dónde lo pusieron? —les preguntó. Ellos le dijeron: —Señor, ven a verlo. Entonces Jesús lloró.” (Juan 11:33–35, NTV)

Jesús lloró al ver la tristeza de los dolientes.

Aun conociendo que le resucitaría se conmovió y sintió compasión. Su conocimiento no le impidió que llorase. La Biblia dice: “Alégrense con los que están alegres y lloren con los que lloran.” (Romanos 12:15, NTV) Ten compasión con la gente.

 Usa tu dolor: Dios puede usar tu dolor y a la vez, quiere que tú puedas aprovechar el dolor de otros para ministrarles. La Biblia habla de una mujer cuyo dolor fue una oportunidad para que la gloria de Dios fuera conocida por los habitantes de su pueblo. “Poco después, Jesús fue con sus discípulos a la aldea de Naín, y una multitud numerosa lo siguió. Cuando Jesús llegó a la entrada de la aldea, salía una procesión fúnebre. El joven que había muerto era el único hijo de una viuda, y una gran multitud de la aldea la acompañaba. Cuando el Señor la vio, su corazón rebosó de compasión. «No llores», le dijo. Luego se acercó al ataúd y lo tocó y los que cargaban el ataúd se detuvieron. «Joven —dijo Jesús—, te digo, levántate». ¡Entonces el joven muerto se incorporó y comenzó a hablar! Y Jesús lo regresó a su madre. Un gran temor se apoderó de la multitud, y alababan a Dios diciendo: «Un profeta poderoso se ha levantado entre nosotros» y «Dios ha visitado hoy a su pueblo». Y las noticias acerca de Jesús corrieron por toda Judea y sus alrededores.” (Lucas 7:11–17, NTV)

Dios usó su dolor para que las personas conocieran su grandeza.

Mi oración a Dios es que tú puedas entender de que el Señor usará cada prueba de tu vida para perfeccionar el carácter de su Hijo en ti y para mostrar su grandeza a tu favor, lo cual será perceptible por los que te rodean. Quiero que entiendas algo, “Dios no desperdicia nada en tu vida”; todo lo usará para formar la imagen de su Hijo en ti y para que otros lo puedan ver más claramente en tu vida.

Reflexiona en esto: ¿Cuán dispuesto estás en ser edificado por Dios en los tiempos de dificultad? ¿Cuál ha sido tu reacción cuando has sufrido en la vida? ¿Has madurado en medio de las dificultades? ¿Las personas han visto a Jesús en ti como una luz de esperanza para sus sufrimientos?

Tus impulsos descontrolados: (fragilidad) “Entonces Simón Pedro sacó una espada y le cortó la oreja derecha a Malco, un esclavo del sumo sacerdote.” (Juan 18:10, NTV) “Y uno de ellos hirió al esclavo del sumo sacerdote cortándole la oreja derecha. Pero Jesús dijo: «Basta». Y tocó la oreja del hombre y lo sanó.” (Lucas 22:50–51, NTV) Aun en tus debilidades físicas Dios puede mostrarse y hacer que la gloria de Jesús brille en la vida de otros.

Tu cosmovisión del mundo. (La cosmovisión de un militar) Dios puede usar hasta la manera en que tú ves el mundo, un militar ve el mundo como órdenes, las órdenes se cumplen y no se discuten. Cuando Jesús le dijo aquellas palabras al hombre, el no discutió, sino que obedeció. “En su paso por Galilea, Jesús llegó a Caná, donde había convertido el agua en vino. Cerca de allí, en Capernaúm, había un funcionario de gobierno que tenía un hijo muy enfermo. Cuando supo que Jesús había ido de Judea a Galilea, fue a verlo y le rogó que se dirigiera a Capernaúm para sanar a su hijo, quien estaba al borde de la muerte. Jesús le preguntó: —¿Acaso nunca van a creer en mí a menos que vean señales milagrosas y maravillas? —Señor, por favor —suplicó el funcionario—, ven ahora mismo, antes de que mi hijito se muera. Entonces Jesús le dijo: —Vuelve a tu casa. ¡Tu hijo vivirá! Y el hombre creyó lo que Jesús le dijo y emprendió el regreso a su casa. Mientras el funcionario iba en camino, algunos de sus sirvientes salieron a su encuentro con la noticia de que su hijo estaba vivo y sano. Él les preguntó a qué hora el niño había comenzado a mejorar, y ellos le contestaron: «Ayer, a la una de la tarde, ¡la fiebre de pronto se le fue!». Entonces el padre se dio cuenta de que la sanidad había ocurrido en el mismo instante en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vivirá». Y tanto él como todos los de su casa creyeron en Jesús.” (Juan 4:46–53, NTV)

Tu incredulidad. “Un hombre de la multitud tomó la palabra y dijo: —Maestro, traje a mi hijo para que lo sanaras. Está poseído por un espíritu maligno que no le permite hablar. Y, siempre que este espíritu se apodera de él, lo tira violentamente al suelo y él echa espuma por la boca, rechina los dientes y se pone rígido. Así que les pedí a tus discípulos que echaran fuera al espíritu maligno, pero no pudieron hacerlo. Jesús les dijo: «¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho». Así que se lo llevaron. Cuando el espíritu maligno vio a Jesús, le dio una violenta convulsión al muchacho, quien cayó al piso retorciéndose y echando espuma por la boca. —¿Hace cuánto tiempo que le pasa esto? —preguntó Jesús al padre del muchacho. —Desde que era muy pequeño —contestó él—. A menudo el espíritu lo arroja al fuego o al agua para matarlo. Ten misericordia de nosotros y ayúdanos si puedes. —¿Cómo que “si puedo”? —preguntó Jesús—. Todo es posible si uno cree. Al instante el padre clamó: —¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad!” (Marcos 9:17–24, NTV)

Hoy quiero que hagas un compromiso con Dios de convertirte en un testigo creíble de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. Quiero que te comprometas con Dios a cumplir con la misión que el Señor Jesucristo te encargó antes de ascender al Padre. Quiero que te comprometas a usar tu vida para terminar la tarea que te asignó el Señor Jesús, la tarea de contarles a otros la Buena Noticia acerca de la maravillosa gracia de Dios.(Hechos de los Apóstoles 20:24, NTV)

Quiero que oremos juntos: Padre nuestro, entiendo que tú me salvaste para cumplir con una misión, la misión de Contarles a otros la Buena Noticia acerca de tu maravillosa gracia. Y ahora, oh Señor, mira mis miedos y danos a nosotros, tus siervos, mucho valor al predicar tu palabra. Extiende tu mano con poder sanador; que se hagan señales milagrosas y maravillas por medio del nombre de tu santo siervo Jesús».”” (Hechos de los Apóstoles 4:29, 30 NTV) En su nombre oramos. Amén.