ESCOGE ADORAR A DIOS EN MEDIO DEL DOLOR.

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Serie: BENEFICIOS DE LA ADORACIÓN QUE PERDURA.

“Pero se acerca el tiempo —de hecho, ya ha llegado— cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. El Padre busca personas que lo adoren de esa manera.” (Juan 4:23, NTV)

En la vida, el dolor será una realidad inevitable. Todos los días estaremos expuestos al sufrimiento. Los hijos de Dios no serán la excepción en los problemas de la vida, sino que, como cualquier ser humano tendremos que pasar por momentos de oscuridad.

El buen pastor estará con su vara y su callado dándonos aliento. Él preparará un gran banquete para todos nosotros que seguimos a Cristo en los tiempos donde muchos huyen de su presencia.

El dolor será una realidad, pero el Gozo de la salvación nos moverá a un mejor camino, “El camino de la adoración” Podemos aprender a adorar a Dios en el dolor. Hay muchos ejemplos de hombres y mujeres de La Biblia que aprendieron a hacerlo aun cuando su mundo se derrumbaba delante de ellos. Tú puedes ESCOGER ADORAR A DIOS EN EL DOLOR y recibir las bendiciones de Dios por ello.

Hoy deseo ayudarte a descubrir ¿CÓMO MANTENERTE ADORANDO A DIOS EN MEDIO DE TU DOLOR?

Esto es lo primero que haces para mantenerte adorando a Dios en medio de tu dolor:                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          

1. BENDICE AL SEÑOR CUANDO TENGAS PÉRDIDAS JOB 1:21

 “y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.” (Job 1:21, RVR60) Una de las declaraciones de fe más grandes que conozco las encontramos en boca de un hombre íntegro, semejante a nosotros pero que guardó su integridad aun después de haberlo perdido literalmente todo.

La Biblia nos cuenta que: Había una vez, en cierto país llamado Uz, un hombre muy bueno y honrado. Siempre obedecía a Dios en todo y evitaba hacer lo malo. Se llamaba Job,y era el hombre más rico en la región del este. Tenía siete hijos y tres hijas, y muchos esclavos a su servicio. Además, era dueño de siete mil ovejas, tres mil camellos, mil bueyes y quinientas burras.

El día en que los ángeles tenían por costumbre presentarse ante Dios, llegó también el ángel acusador.

Job 1:7–12 (NTV) — 7 El Señor le preguntó a Satanás: —¿De dónde vienes? Satanás contestó al Señor: —He estado recorriendo la tierra, observando todo lo que ocurre. 8 Entonces el Señor preguntó a Satanás: —¿Te has fijado en mi siervo Job? Es el mejor hombre en toda la tierra; es un hombre intachable y de absoluta integridad. Tiene temor de Dios y se mantiene apartado del mal. 9 Satanás le respondió al Señor: —Sí, pero Job tiene una buena razón para temer a Dios: 10 siempre has puesto un muro de protección alrededor de él, de su casa y de sus propiedades. Has hecho prosperar todo lo que hace. ¡Mira lo rico que es! 11 Así que extiende tu mano y quítale todo lo que tiene, ¡ten por seguro que te maldecirá en tu propia cara! 12 —Muy bien, puedes probarlo —dijo el Señor a Satanás—. Haz lo que quieras con todo lo que posee, pero no le hagas ningún daño físico. Entonces Satanás salió de la presencia de Señor.

Primeras pruebas de Job

Job 1:13–22 (NTV) — 13 Un día cuando los hijos y las hijas de Job celebraban en casa del hermano mayor, 14 llegó un mensajero a casa de Job con las siguientes noticias: «Sus bueyes estaban arando y los burros comiendo a su lado, 15 cuando los sabeanos nos asaltaron. Robaron todos los animales y mataron a los trabajadores, y yo soy el único que escapó para contárselo». 16 Mientras este mensajero todavía hablaba, llegó otro con esta noticia: «Cayó del cielo el fuego de Dios y calcinó a las ovejas y a todos los pastores; yo soy el único que escapó para contárselo». 17 Mientras este mensajero todavía hablaba, llegó un tercero con esta noticia: «Tres bandas de saqueadores caldeos robaron sus camellos y mataron a los sirvientes; yo soy el único que escapó para contárselo». 18 No había terminado de hablar el tercer mensajero cuando llegó otro con esta noticia: «Sus hijos e hijas estaban festejando en casa del hermano mayor y, 19 de pronto, un fuerte viento del desierto llegó y azotó la casa por los cuatro costados. La casa se vino abajo y todos ellos murieron; yo soy el único que escapó para contárselo». 20 Job se levantó y rasgó su vestido en señal de dolor; después se rasuró la cabeza y se postró en el suelo para adorar 21 y dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo estaré cuando me vaya. El Señor me dio lo que tenía y el Señor me lo ha quitado. ¡Alabado sea el nombre del Señor!». 22 A pesar de todo, Job no pecó porque no culpó a Dios.

Perder seres queridos, bienes, derrumban nuestro mundo. Parece que el mundo nos cayó encima y aplastó. No hay nada que hacer, solo un grito que dice “POR QUÉ DIOS, POR QUÉ”.

¡Sabes! no me gusta decir esto, pero van a necesitarlo porque ustedes tendrán grandes pérdidas durante su vida, si no lo han tenido, lo tendrán; pueden estar saliendo ahora mismo de un problema, o tal vez estés en un problema o ya te estés alistando para uno. Esa es la vida. A menudo la gente dice, sabes cuando llegue aquí o allá, cuando lleguen a este punto, amigos, ya no hay ningún punto. No hay ningún punto. Simplemente tendrás un problema detrás de otro en tu vida. Esa es la vida.  No tendrás respuestas a esas preguntas que te haces cuando pierdes tu tesoro (esa niña, ese hijo, ese padre, esa abuela, esa hermana, ese amigo, etc…)  porque la vida simplemente no tiene sentido. 

Vive consiente de lo único que no se te puede quitar. Hay momentos en que necesitamos más fe para vivir con la perdida que sin esta.  Tienes que subir tu vida a un nivel tan alto, como para que llegues a comprender y entender que lo único que no se te puede quitar de esta vida es a Dios. “Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios. Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor.” (Romanos 8:38–39, NTV)

Job tuvo que enfrentarse a la pérdida y eligió responder con ADORACIÓN. Él dijo: «Nada he traído a este mundo, y nada me voy a llevar. ¡Bendigo a Dios cuando da! ¡Bendigo a Dios cuando quita!»

Creo que necesitamos aprender a ADORAR a Dios cuando tengamos pérdidas y la vida de Job nos alienta y motiva a ser fieles al Señor aun cuando perdamos posesiones, gente que amamos y la salud de la vida.

Nosotros sabemos que la vida no tiene sentido la mayor parte del tiempo. La vida no tiene sentido, pero podemos tener paz porque sabemos que Dios está con nosotros y nos ama. BENDICE A DIOS CUANDO TENGAS PÉRDIDAS.

2. CONFÍA EN DIOS Y ALABA SU NOMBRE CUANDO PROCUREN TU MAL SAL 13:5-6  

 “Pero yo confío en tu amor inagotable; me alegraré porque me has rescatado. Cantaré al Señor porque él es bueno conmigo.” (Salmo 13:5–6, NTV)

Cuando David derrota a los amalecitas. Se llevaron a sus esposas, hijos.  “David ahora se encontraba en gran peligro, porque todos sus hombres estaban muy resentidos por haber perdido a sus hijos e hijas, y comenzaron a hablar acerca de apedrearlo. Pero David encontró fuerzas en el Señor su Dios.” (1º Samuel 30:6, NTV)

El salmista (David) experimentó traición, persecución, conspiraciones … Él dijo: Hasta mi mejor amigo, en quien yo más confiaba, y con quien compartía mi pan, se ha puesto en contra mía. Sal 41:9 TLA Muchas veces serás decepcionado de las personas que amas, con las que te relacionas y quedarás desanimado, aturdido y enojado. Las personas se equivocan, fallan, como tú; pero Dios es fiel. Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo. 2Tim 2:13 RV60a

Muchas veces te preguntas: Mi Señor y Dios,¿vas a tenerme siempre olvidado? ¿Vas a negarte a mirarme? ¿Debe seguir mi corazón siempre angustiado, siempre sufriendo? ¿Hasta cuándo el enemigo me va a seguir dominando? Mírame y respóndeme; ¡ayúdame a entender lo que pasa! De lo contrario, perderé la vida; mi enemigo cantará victoria y se alegrará de mi fracaso.

Escucha bien lo que expresó el mismo hombre que dijo: ¿vas a tenerme siempre olvidado? Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan. Sal 37:25 RV60a

Dios no dejará caído al justo para siempre. Él será nuestra fortaleza. Así que, CUANDO PROCUREN TU MAL CONFÍA EN DIOS Y ALABA SU NOMBRE.

De los grandes períodos de crisis salen las mejores alabanzas jamás cantadas. Recuerdo una en particular:

Dios no procura tu mal. él siempre quiere el bien para ti. “Todo lo que es bueno y perfecto desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre, quien creó todas las luces de los cielos. Él nunca cambia ni varía como una sombra en movimiento.” (Santiago 1:17, NTV)

3. PIENSA EN LOS DEMÁS EN TU DOLOR MÁS PROFUNDO LC 23:34                                                                                                                                                                                                                                                                                          Cuando te han traicionado, cuando sufres injustamente, cuando tu salud se deteriora, cuando te han dejado solo.

No te enfoques en ti. Mientras estaba siendo crucificado el Señor Jesús dijo: … «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» Lc 23:34 NTV

El centurión Romano escuchó no solo esta expresión de Jesús, sino que escuchó seis más. Este hombre obviamente había visto cientos, si no miles de crucifixiones. Era el procedimiento de operación estándar para ejecutar a los criminales en el Imperio Romano. Los colgaban en cruces y los dejaban morir de esa manera. Por lo que el centurión Romano, sin duda había visto muchas, muchas, muchas crucifixiones, pero nunca había visto una como esta. No había nada con que compararla. Fue única y él dice: «Ésta es diferente». Él dijo: «Este hombre tuvo que ser inocente. Este hombre tuvo que ser justo. Este hombre tuvo que ser el Hijo de Dios.»

Cuando te enfocas en ti, tu dolor aumenta, cuando piensas en otro, “no se va el dolor” pero lo manejas diferente. Cuando somos padres, y estamos enfermos, pero cae un hijo enfermo, nosotros seguimos sintiéndonos mal, pero ya no nos enfocamos en nosotros, sino al pensar en nuestro hijo, seguimos padeciendo y nuestro dolor, nuestra necesidad pasa a un segundo plano.

Enfocarte en otro no quita tu dolor, pero te ayuda a enfrentar el dolor. “«Padre, si quieres, te pido que quites esta copa de sufrimiento de mí. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía». Entonces apareció un ángel del cielo y lo fortaleció. Oró con más fervor, y estaba en tal agonía de espíritu que su sudor caía a tierra como grandes gotas de sangre.” (Lucas 22:42–44, NTV) Jesús soporto el dolor de la Cruz no pensando en él, sino pensando en ti, ya él era salvo, tú eras el que necesitaba salvación. A él le pertenecía la gloria, y hoy tú vas a la gloria por su sufrimiento.  

Cuando pasas por el dolor más profundo y te enfocas en otros, puedes ayudarle a tener una experiencia de salvación, otros pueden conocer a Cristo por tu dolor, usa tu dolor para mostrarles a otros la salvación. 

Jesús usó su dolor para que otros fueran salvo. “Uno de los criminales colgados junto a él se burló: «¿Así que eres el Mesías? Demuéstralo salvándote a ti mismo, ¡y a nosotros también!». Pero el otro criminal protestó: «¿Ni siquiera temes a Dios ahora que estás condenado a muerte? Nosotros merecemos morir por nuestros crímenes, pero este hombre no ha hecho nada malo». Luego dijo: —Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Jesús respondió: —Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.” (Lucas 23:39–43, NTV)

El criminal se quedó impresionado al escuchar. «Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen.” Los criminales normalmente no dicen eso a los que los están matando. 

Y en su dolor, le entregó su vida a Jesús.  «Hoy estarás conmigo en el paraíso.» Los criminales normalmente no dicen ese tipo de cosas. 

Noten que dice aquí que Jesús gritaba estas palabras. Gritó las palabras “Después Jesús gritó: «Padre, ¡encomiendo mi espíritu en tus manos!». Y con esas palabras dio su último suspiro.” (Lucas 23:46, NTV) Amigos, quiero comentarles esto sobre la gente que muere. Cuando la gente muere nunca grita. Solo susurran. Gimen calladamente, pero ciertamente no gritan. Normalmente gemirían, farfullarían alguna palabra, pero Jesús grita. ¿estas usando tu dolor para Gritar de Cristo, para gritar de la salvación que ofrece el padre?

Pensar en otros mientras pasas por un dolor profundo es un acto de amor inigualable. Solo el amor de Jesús supera algo así.

4. PON TODA TU ATENCIÓN EN JESÚS HE 12:2.                                                                                                                                                                                                                                                                                      

“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” (Hebreos 12:1–2, RVR60)

El dolor y el sufrimiento tienden a ser distracciones cuando llegan a nuestras vidas. Nos desorientan y nublan nuestra vista espiritual.  Jesús deja de ser el centro de tu atención y comienzas a centrarte en tu necesidad y te encierras en tu dolor “por qué me está sucediendo esto” “Dios, no me respondes cuando a ti clamo” son algunas de las declaraciones que salen de un corazón afligido. ¡Sabes! es mejor dejar salir estas emociones y decirlas a Dios que consumirte en ellas; pero no permitas que tu dolor te haga quitar la mirada de Cristo. El sufrimiento acabará con tu vida si no pasas por la etapa de la rendición.

En la rendición tú dices, simplemente sé que nunca voy a tener todas las respuestas y la rendición es el camino a la paz. Solo debes dejarlo ir. Debes entregarlo. Debes dejar de preguntarte por qué y debes rendirlo a Dios.

Una vez que has logrado rendirte, avanzas a la próxima etapa. Una palabra importante y es la palabra santificación.  La santificación simplemente significa que Dios convierte lo malo en bueno. Dios lo usa para el bien en mi vida. Dios trae a mi vida la transformación. Dios hace cambios en mí para mejorar. En medio de todo el dolor que he atravesado, Dios me hace más como Cristo.

Dios quiere tomar ese gran dolor tuyo y usarlo como el mensaje de tu vida. Dios quiere tomar las grandes heridas en tu vida y sacar algo bueno. Cualquiera puede sacar algo bueno, pero Dios saca algo bueno incluso de un mal. Y Dios dice, eso de lo que más te avergüenzas, eso que es lo más doloroso, eso de lo que no te gusta ni siquiera hablar, Él dice, “Yo puedo usarlo para ayudar a otros.” 

Dios no quiere que desperdicies tu dolor. Dios nunca desperdicia una herida.

El escritor de Hebreos dice: el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, También es adorar a Dios cuando Pones toda tu atención en Jesús.

Una de las historias más conmovedoras del Nuevo Testamento se trata del primer mártir cristiano que sufrió en manos de sus enemigos por la fe en Jesús. Su nombre es Esteban. Literalmente él fue uno de los que PUSO TODA SU ATENCIÓN EN JESÚS aun mientras moría.

La Biblia nos narra en Hechos 7 que … Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo (mientras lo apedreaban por su fe en Jesús y por declarar la maldad de los líderes religiosos de la época), y vio la gloria de Dios y vio a Jesús de pie en el lugar de honor, a la derecha de Dios. 56 Y les dijo: «¡Miren, veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre de pie en el lugar de honor, a la derecha de Dios!». Entonces ellos se taparon los oídos con las manos y empezaron a gritar. Se lanzaron sobre él,lo arrastraron fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Sus acusadores se quitaron las túnicas y las pusieron a los pies de un joven que se llamaba Saulo. 59 Mientras lo apedreaban, Esteban oró: «Señor Jesús, recibe mi espíritu». 60 Cayó de rodillas gritando: «¡Señor, no los culpes por este pecado!». Dicho eso, murió. Si confías en verdad en Cristo, PON TODA TU ATENCIÓN EN JESÚS, aun en las temporadas difíciles y de prueba. Él te guiará de su mano en el valle más oscuro como el buen pastor y te preparará un banquete cuando todo haya acabado. El rey David dijo: Aun cuando yo pase por el valle más oscuro, no temeré, porque tú estás a mi lado. Tu vara y tu cayado me protegen y me confortan. Me preparas un banquete en presencia de mis enemigos… Sal 23:4-5 NTV

5. RECUERDA QUE DIOS TE SIGUE AMANDO SAL 71:18; IS 46:3-4 

No importa cuál sea tu circunstancia. Dios te ama.

  • Abandono familiar. “Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me mantendrá cerca.” (Salmo 27:10, NTV)

“«¡Jamás! ¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho? ¿Puede no sentir amor por el niño al que dio a luz? Pero aun si eso fuera posible, yo no los olvidaría a ustedes. Mira, he escrito tu nombre en las palmas de mis manos...” (Isaías 49:15–16, NTV)

  • El salmista tenía el temor de ser olvidado por Dios en la vejez, así que oró:  Ahora que estoy viejo y canoso,

no me abandones, oh Dios. Permíteme proclamar tu poder a esta nueva generación, tus milagros poderosos a todos los que vienen después de mí. Sal 71:18NTV Quizás esa es tu oración hoy. Quizás te sientes viejo y ya las canas se ven. Quizás sientes temor a que Dios se olvide de ti y te abandone.

Hoy Dios te dice: “«Escúchenme, descendientes de Jacob, todos los que permanecen en Israel. Los he protegido desde que nacieron; así es, los he cuidado desde antes de nacer. Yo seré su Dios durante toda su vida; hasta que tengan canas por la edad. Yo los hice y cuidaré de ustedes; yo los sostendré y los salvaré. (Isaías 46:3–4, NTV)

Dios no se olvidará de ti. Él te ama.

Quizás piensas que tu estado físico o de salud haría que Dios ya no se fije en ti porque no tienes talento como antes, ya no puedes ni tan siquiera servir en un ministerio de la iglesia sino solo orar, y a veces con la mente perdida. ESCUCHA LA VOZ DE DIOS DICIÉNDOTE LO QUE ÉL DICE: … Yo los hice y cuidaré de ustedes; yo los sostendré y los salvaré. Isaías 46:3-4

Dios es nuestro refugio seguro en el día malo. Dalo por seguro. 

Aun cuando tú digas: «El Señor me ha abandonado; el Señor me ha olvidado» Is 49:14, escucha lo que dice tu Dios: 15 «¡Jamás! ¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho? ¿Puede no sentir amor por el niño al que dio a luz? Pero aun si eso fuera posible, yo no los olvidaría a ustedes. 16 Mira, he escrito tu nombre en las palmas de mis manos. Is 49:15-16 Dios no te olvidará, ¿sabes por qué? Porque te ama. RECUERDA QUE DIOS TE SIGUE AMANDO.

No se trata de lo que tú puedas darle, se trata de que él ha decidido amarte a pesar de. “Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios.” (Efesios 2:8, NTV) La salvación no es por obras, es un regalo de Dios. El amor de Dios es gratuito y por gracia.

Hay momentos que pasamos de un estado activo a una condición pasiva en la Adoración, pero Dios te sigue usando para llevar a otros a que le adoren.

  • Piensa por un momento en un anciano que perdió la mente y está postrado en su cama. Quizás esa persona no puede adorar a Dios, pero Dios la está usando para que otros puedan adorarle. “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.” (Éxodo 20:12, RVR60) Tu Adoras a Dios cuando obedeces las escrituras y cuidas de tus padres.
  • Tu adoras a Dios cuando decides creer y vivir diciendo que Dios es el que da y quita la vida. Piensa en ese anciano que gana con morir. ¿Aplicar la eutanasia? Pero decides obedecer, adorar a Dios, el dador de la vida y dejar que este sea el que marque el tiempo de partida de esa persona.
  • Piensa en un niño que lleve cuidados especiales. Tu adoras a Dios también cuando decides consagrarte a cuidarlo, aun cuando aparentemente no puedes hacer ningún servicio que “definimos en la iglesia como servicios”.  “No hay un amor más grande que el dar la vida por los amigos.” (Juan 15:13, NTV) Hay algunos padres que tienen hijos con cuidados especiales, que han entregado su vida a sus hijos.  Eso también es un acto de adoración agradable a Dios, ese es tu mayor ministerio, Dios honra a quienes cumplen su ministerio.

Historia de Policarpo[1]: Policarpo era todavía obispo de Esmirna cuando un grupo de cristianos fue acusado y condenado por los tribunales. Según nos cuenta quien dice haber sido testigo de los hechos, se les aplicaron los más dolorosos castigos, y ninguno de ellos se quejó de su suerte, pues “descansando en la gracia de Cristo tenían en menos los dolores del mundo”. Por fin le tocó al anciano Germánico presentarse ante el tribunal, y cuando se le dijo que tuviera misericordia de su edad y abandonara la fe cristiana, Germánico respondió diciendo que no quería seguir viviendo en un mundo en el que se cometían las injusticias que se estaban cometiendo ante sus ojos, y uniendo la palabra al hecho incitó a las fieras para que le devorasen más rápidamente. El valor y el desprecio de Germánico enardecieron a la multitud, que empezó a gritar: “¡Que mueran los ateos!” —es decir, los que se niegan a creer en nuestros dioses— y “¡Que traigan a Policarpo!” Cuando Policarpo supo que se le buscaba, y ante la insistencia de los miembros de su iglesia, salió de la ciudad y se refugió en una finca en las cercanías. A los pocos días, cuando los que le buscaban estaban a punto de dar con él, huyó a otra finca. Pero cuando supo que uno de los que habían quedado detrás, al ser torturado, había dicho dónde Policarpo se había escondido, el anciano obispo decidió dejar de huir y aguardar a los que le perseguían. Cuando le llevaron ante el procónsul, éste trató de persuadirle, diciéndole que pensara en su avanzada edad y que adorara al emperador. Cuando Policarpo se negó a hacerlo, el juez le pidió que gritara: “¡Abajo los ateos!” Al sugerirle esto, el juez se refería naturalmente a los cristianos, que eran tenidos por ateos. Pero Policarpo, señalando hacia la muchedumbre de paganos, dijo: “Sí. ¡Abajo los ateos!” De nuevo el juez insistió, diciéndole que si juraba por el emperador y maldecía a Cristo quedaría libre. Empero Policarpo respondió: —Llevo ochenta y seis años sirviéndole, y ningún mal me ha hecho. ¿Cómo he de maldecir a mi rey, que me salvó? Así siguió el diálogo. Cuando el juez le pidió que convenciera a la multitud, Policarpo le respondió que si él quería trataría de persuadirle a él, pero que no consideraba a esa turba apasionada digna de escuchar su defensa. Cuando por fin el juez le amenazó, primero con las fieras, y después con ser quemado vivo, Policarpo le contestó que el fuego que el juez podía encender sólo duraría un momento, y luego se apagaría, mientras que el castigo eterno nunca se apagaría. Ante la firmeza del anciano, el juez ordenó que Policarpo fuera quemado vivo, y todo el populacho salió a buscar ramas para preparar la hoguera. Atado ya en medio de la hoguera, y cuando estaban a punto de encender el fuego, Policarpo elevó la mirada al cielo y oró en voz alta: Señor Dios soberano […] te doy gracias, porque me has tenido por digno de este momento, para que, junto a tus mártires, yo pueda tener parte en el cáliz de Cristo. […] Por ello […] te bendigo y te glorifico. […] Amén. Así entregó la vida aquel anciano obispo a quien años antes, cuando todavía era joven, el anciano Ignacio había dado consejos acerca de su labor pastoral y ejemplo de firmeza en medio de la persecución.


[1] Historia del Cristianismo, Justo González, pág. 25, 26